Estrada Douglas

Alzheimer, saber más para cuidar mejor

CARTA DE UNA HIJA A SU MADRE QUE TIENE ALZHEIMER..


Carta a mi madre:

Mami hoy quiero escribir esta carta que marcará el término de una etapa de nuestras vidas juntas para poder continuar y hasta que Dios así lo quiera dándote todo lo que necesitas, cuidados, comprensión y sobre todo el amor que te mereces.
Hoy quiero agradecerte por darme la vida, por procurarme un ambiente sano, seguro y feliz durante toda mi niñez y adolescencia. Gracias por preocuparte siempre de mis necesidades y por evitarme cualquier situación de preocupación o dolor.
Fuiste siempre una buena madre aunque si quiero expresarte que me faltaron abrazos, besos y “te quiero”. Comprendo que tal vez tu tampoco los tuviste al perder a tu madre apenas a tus 6 años y no sabías como hacerlo, pero aún así, a tu manera siempre me hiciste sentir muy querida.
Creo haber sido siempre una hija buena y obediente y no haberte causado muchos dolores de cabeza, sin embargo no sé cuanto sufriste a escondidas en cada fracaso o situación dolorosa por la que yo pasé. Por un lado quiero pedirte disculpas por todo esto y por otro te perdono porque te sentí lejana cuando tanto necesitaba de tus consejos de madre.
No tengo palabras para agradecerte todo tu apoyo y acogida que me diste cuando quedé viuda. Fuiste parte importante en mi Aproximadamente a tus 80 años empezabas a tener problemas de memoria y alteraciones en tu forma de ser y yo sin saber que era el comienzo de una enfermedad mental no te comprendía, no entendía por qué me tratabas tan mal, por que me decías tantas cosas que me lastimaban y me hacían evitarte para no sufrir tanto. Hoy te quiero pedir perdón por eso y por todas las veces que no te tuve paciencia. Creo que en ese tiempo el dolor y mi ignorancia sobre la enfermedad no me permitían demostrarte mi cariño que tanto necesitabas.
Quiero que sepas que te perdono por todo lo que conciente e inconcientemente me dijiste, por haber cambiado tanto dejando de ser tú e irte de mi lado como madre. Te perdono por haber cambiado los papeles, yo no quería tomar el papel de mamá tuya. Te perdono por necesitar tanto de mi cuando aun yo aún ten necesito y por todos los momentos que aunque estás ahí a la vez estas ausente.
Los primeros años de tu enfermedad fueron para mi muy desgastantes al tratar de entender, aceptar y a la vez tratar de que todos mis hermanos participaran y reaccionaran de igual manera, creyendo que al dividir las tareas y los tiempos todo sería mas llevadero y tu podrías estar siempre bien atendida….Y tardé en comprender que eso era solo un sueño y que no sería así, que cada uno daría lo que es capaz y aunque renegué muchas veces de ser a mi a quien le tocara lo mas pesado, o mas bien casi todo lo relativo a tus cuidados, ahora te doy gracias y doy gracias a Dios por el privilegio de poder atenderte, de velar día a día, minuto a minuto por tus necesidades.
Este último año he estado apoyada y orientada por la Asociación Alzheimer y he logrado ver la enfermedad de una manera diferente, he podido expresar todos esos sentimientos de tristeza, rabia, impotencia, desesperación etc. que guardaba en un ambiente de comprensión y cariño entre personas que están viviendo lo mismo que yo y con todo esto, ahora he logrado ver esto como algo difícil pero no imposible de llevar. Doy gracias a Dios por Su luz y por encaminarme hacia ellos ya que cría que esta enfermedad era intolerable, insoportable, desgarradora y muy desgastante, ya no podía verle nada bueno y ahora a 6 años de su inicio puedo ver las cosas tan distintas.
He pasado algunas crisis y he caído enferma ya que esta enfermedad además de consumirme física y mentalmente, me causa un conflicto emocional al tratar de aceptar cada cosa que vas perdiendo, cada paso que das para atrás y sobre todo aceptar que YA NO ERES TÚ. Todo esto se lo voy ofreciendo a Dios por ti para que no permita que sufras, para que si es posible no llegues a las últimas etapas de esta enfermedad que me parece serán muy duras. Le pido que me permita entender Su voluntad, aceptarla y si El así lo dispone, poder ayudar a otros que estén pasando por la misma situación.
Gracias mami por haberme enseñado a amar a Dios, esto es lo mas valioso que tengo. Recuerdo cuando era muy pequeña que rezábamos contigo el rosario y ahora cuando quiero tranquilizarte comienzo a rezarlo a tu lado y aunque no recuerdas como hacerlo, después de un rato tratas de contestar.
Mami yo sé que tú ya te ganaste el cielo y ahora eres como una niña pequeña con miedos e inseguridades, dependiente totalmente de otros pero creo que por ti y por esto que Dios ha permitido que vivas, se me da la oportunidad de yo también poder ganármelo aún con todas mis debilidades y flaquezas humanas, tratando de perseverar en la paciencia, la tolerancia, la entrega total y todo lo demás en lo que Dios quiera formarme. ¡!ESTO ES MARAVILLOSO!!! Gracias.
No sé si mientras estabas sana te dije lo mucho que te quiero pero en este tiempo en que he recibido todos los “te quiero” que nunca había oído de ti, quiero aprovechar cada día para demostrarte todo mi amor con abrazos, con besos, con palabras y sobre todo con mis acciones. Esto es algo nuevo para mi. Es un gran regalo.
Sé que tengo que decir adiós a tantas cosas pero me agrada saber que lo puedo hacer aún en vida y que me ayudará a seguir en este camino dándote lo mejor posible y proporcionándote eso que nunca dejarás de sentir, MI AMOR.
Hoy voy a decir adiós a mi madre como yo la conocí y creí que siempre sería igual.
Adiós a ser hija para pasar a ser madre de ella.
Adiós a contar con una madre para ahora ser parte importante de su vida.
Adiós al sueño de una familia perfecta y al mismo tiempo aceptar con paz lo que me tocó vivir.
Adiós a recibir de ella y dedicarme solo a dar.
Para terminar solo quiero decirte que espero que durante el tiempo que te quede junto a mi, pueda yo darte todo lo que mereces y devolverte aunque sea un poco de lo mucho que siempre me diste tu a mi. Espero que el día que Dios te llame a Su lado me sienta con la satisfacción de haber cumplido y con eso me regale su Paz.

TE QUIERO CON TODO MI CORAZÓN.

(Tomada de internet)

padre de tus padres

“Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre”.
Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso. Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar. Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana – todo corredor ahora está lejos. Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda tomar sus medicamentos. Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz. Todo hijo es el padre de la muerte de su padre. Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas. Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres. La primera transformación ocurre en el cuarto de baño. Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera. La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el “destemplamiento de las aguas”. Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores. No podemos dejarlos ningún momento. La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas. Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones. Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación. Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros? Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra.
Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte, y pobre del hijo que aparece sólo en el funeral y no se despide un poco cada día.
Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos. En el hospital, la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento: Deja que te ayude. Reunió fuerzas y tomó por primera vez a su padre en su regazo. Colocó la cara de su padre contra su pecho. Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil, tembloroso. Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable. Meciendo a su padre de un lado al otro. Acariciando a su padre. Calmando él a su padre. Y decía en voz baja:
– ¡Estoy aquí, estoy aquí, papá! “Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí”.

Largo… hondo… reflexivo.
Ojalá puedan compartirlo a sus familias.

Guía de comunicación de demencia


Desea que sus interacciones con su ser querido con demencia sean pacíficas, tranquilizadoras y significativas.

El uso de estos 10 consejos le permitirá navegar por las aguas, a menudo turbias, de la comunicación sobre la demencia.

1- MANTENER UNA ACTITUD POSITIVA
Ver a tu ser querido en tal declive es bastante angustioso. Prepárate con anticipación. Infórmate sobre qué esperar. Asegúrate de tener mucho apoyo de amigos, mentores o terapeutas.

2- EVITAR DISTRACCIONES
Mantenga el entorno libre de distracciones. Si está tratando de tener una conversación, asegúrese de eliminar el ruido y otras distracciones. Manténgase en su línea de visión para que sea más fácil concentrarse en usted.

3- MANTENLO SIMPLE
Utilice un lenguaje fácil de entender. No hagas muchas preguntas como «¿Cómo estás?» puede ser confuso. Evite el sarcasmo o la ironía. Hable sobre lo que saben y con lo que están más familiarizados. Trate de no abundar en temas que parezcan confusos y sea rápido para avanzar o redirigir cuando se encuentre con confusión o agitación.

4- ESTAR DISPUESTO A REPETIR
Ya sea porque no lo escucharon correctamente, se están demorando más en procesar sus palabras o simplemente no lo entendieron la primera vez, es de esperar que se repita. Evite sentirse frustrado por su inevitabilidad y simplemente repita o reformule

5- SE RESPETUOSO
Si bien su comportamiento puede parecer infantil, debemos recordar que nos estamos comunicando con un adulto. Mantén un tono respetuoso y amable y evita frases infantiles.

6- USE EL TACTO Y EL LENGUAJE CORPORAL
La demencia no es contagiosa, no tenga miedo de sentarse cerca, tomar una mano, tocar un hombro, dar un abrazo. La cercanía y el contacto físicos son importantes y ayudarán a mantenerlos enraizados en la realidad.

7- EL TONO IMPORTA
La demencia a menudo le roba a nuestro ser querido su intuición. Son incapaces de distinguir la fuente de tus emociones. Si tu tono es negativo, creerán que tus sentimientos hacia ellos son negativos. Del mismo modo, si su tono es positivo, es probable que sus emociones también se inclinen hacia lo positivo.

8- RECUERDA LAS 10 NORMAS
«Siempre de acuerdo… Nunca discuta
Siempre redirija… Nunca razone
Siempre distraiga… Nunca avergüence
Siempre tranquilice… Nunca sermonee
Siempre repita… Nunca diga «Te lo dije»
Siempre anime… Nunca diga «No puedes»
Siempre Reforzar… nunca imponer
Recuerda siempre… Nunca digas «Recuerda»
Siempre Pregunte… Nunca Ordene
Siempre Elogie… Nunca Condescienda

9- EVITAR LA IRA
Si bien nuestra ira rara vez se dirige hacia nuestro ser querido, sino hacia la enfermedad, es muy importante que evitemos expresar esta ira en presencia de nuestro ser querido, ya que ya no tiene la capacidad de determinar la fuente de su emoción negativa.

10- ESTAR
Lo mejor que puede hacer por su ser querido es estar presente. A veces, la conversación es difícil, pero su presencia tranquilizadora en sus vidas llegará muy lejos para ayudarlos a sentirse amados.

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10 beneficios de beber agua en nuestro organismo

A medida que cumplimos años disminuye la proporción de agua en nuestro organismo. En los mayores, el agua representa tan sólo el 60% en hombres y el 50% en mujeres, frente al 80% en la edad infantil y juvenil.

A esto se suma que al llegar a la tercera edad la sensación de sed se evapora y el agua resulta insípida, por lo que el riesgo de deshidratación aumenta.

Sin embargo, es precisamente en este momento de la vida cuando una correcta hidratación es todavía más importante que en otras edades para un buen funcionamiento de todos los órganos.

Por eso, es vital que nos habituemos a beber agua todos los días y no sólo cuando tengamos sed. Los médicos recomiendan entre 2 y 3 litros y no es de extrañar porque los beneficiosse notan en seguida. En poco tiempo esto es lo que experimentará nuestro organismo:


La piel se ve más limpia: las toxinas que causan inflamaciones y granitos en la piel son expulsadas de tu cuerpo, por lo que se aprecia en ella un aspecto mucho más saludable.

Desaparece la fatiga: muchas veces nos sentimos cansados y abatidos y es por culpa de la deshidratación. Gracias a beber agua habitualmente estos síntomas desaparecen y estamos más despiertos y animados.

Se pierde peso: especialmente si bebemos un vaso de agua justo antes de comer, ya que reducirá la sensación de hambre y hará que nos saciemos antes.

Disminuyen las arrugas: una piel deshidratada es propensa a las arrugas, del mismo modo que éstas desaparecen cuando se tiene un buen equilibrio de agua.

El hígado funciona mejor:beber abundante agua hace que nuestra sangre se mantenga limpia y el hígado funcione mucho mejor. También es muy beneficiosa para el buen funcionamiento de los riñones.

Desaparecen gran parte de los dolores musculares y de articulaciones: ya que éstos se deben, en muchos casos a que no reciben suficiente agua.

Mejora la memoria: si las células del cerebro reciben suficiente agua, funcionan más rápido y mejor, esto nos hace que pensemos más claramente y nos concentremos más.

Se hace mejor la digestión: el aparato digestivo es más saludable cuando nuestro balance de agua e hidratación también lo es.

El sistema inmunológico se hace más fuerte:los mecanismos de defensa funcionan mucho mejor si el cuerpo está bien hidratado.

Aumenta el buen humor: la falta de agua en el cerebro y en las células del cuerpo causa dolores de cabeza y mal humor, por lo que es más que recomendable hacer caso a nuestro organismo, por nuestro bien y el de quienes nos rodean.


Así que no olvides este dato: muchos problemas de salud de los mayores tienen su origen en una mala hidratación.

Por eso, una recomendación muy útil es beber dos vasos de agua en ayunas para estimular el tránsito intestinal, evitar el estreñimiento y las retenciones de líquidos. En otras ocasiones, la causa de un trastorno puntual del comportamiento, como la agresividad, también puede estar asociada a la falta de líquido.

Pero como sabemos que a nuestra edad, además de la falta de sed, otra de las quejas frecuentes es que el agua nos resulta insípida, os sugerimos los siguientes trucos: para solventar esa falta de sabor se les puede recomendar beber agua mineral con sabores.

Para los individuos que se atragantan con los líquidos existen espesantes naturales -en forma de sopas o gelatina- y artificiales.


https://mayormente.com/10-beneficios-de-beber-agua-en-nuestro-organismo/

Nueve consejos para quien convive con alguien que sufre Alzheimer u otro tipo de demencia

Convivir con alguien que sufre demencia (incluida la enfermedad de Alzheimer) consume tanto tiempo y dedicación, que incluso puede llegar a parecer una vivencia insuperable.

A veces da la sensación es que, por mucho que hagamos de nada sirve; nuestro familiar enfermo sigue pareciéndonos frustrado y confundido.

Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para ayudar a que un ser querido con Alzheimer disfrute de sus actividades cotidianas.

Aquí hay algunos consejos que pueden ser de utilidad, incluso cuando, en apariencia pueden parecernos frustradas o confundidas fácilmente, siga estos pasos para ayudarlos a sentirse tranquilos y seguros:

  1. Cuídese como cuidador para que su familiar se sienta mejor

Aunque parece un consejo baladí, resulta fundamental que quien dedica varias horas al día a cuidar a un ser querido que sufre Alzheimer encuentre “sus” momentos en los que hacer algo que le guste o sencillamente poder “desconectar” del cuidado.

Resulta importantísimo evitar “quemarse” como cuidador. Si no se hace puede suceder que el cuidador se convierta a su vez en enfermo. Para conseguir estos espacios de descanso es importante que los seres queridos del entorno del enfermo se impliquen y no dejen toda la carga del cuidado en una única persona. Además es algo que hay que hacer de forma planificada, no se trata de “echar una mano” cuando el cuidador no puede más sino de, como dice el siguiente consejo, crear una rutina.

  1. Crear y mantener una rutina

Las personas que sufren Alzheimer suelen vivir mejor si su rutina sigue un horario bastante fijo en el que tanto los espacios como las personas y las “cosas que pasan” siguen un orden que se mantienen. Los cambios pueden ser difíciles para ellos.

Parte de la rutina puede estar formada por una serie de “rituales cotidianos” como utilizar palabras y gestos parecidos cuando se va a hacer una actividad. Por ejemplo una frase, la misma, siempre, cuando nos levantamos para ir a comer, cuando vamos a ir al lavabo o a hacer otra cosa. Algunas familias han descubierto el valor de la música y las canciones para mantener ese “día a día” en el que la persona con Alzheimer se encuentra más cómoda.

En la medida de lo posible conviene que las personas que interactúan con el enfermo sean también las mismas. Por eso conviene que los familiares que se implican en el cuidado no dejen pasar mucho tiempo sin verle y hablar con él o ella.

  1. Limite la cantidad de sonido y movimiento

Casi todos los que conviven con enfermos de Alzheimer saben lo fácil que es que los ruidos o las multitudes confundan, abrumen e incluso inquieten a sus familiares. Sabiendo esto, podemos adecuar la vida de la persona de forma que, cuando salgamos a pasear (algo muy conveniente), además de seguir un recorrido homogéneo en el que paremos si puede ser en el mismo banco, intentemos acudir a parques en los que no haya mucha gente o gritos. Incluso podemos preferir tiendas pequeñas en las que no haya mucha gente.

Aunque nos parezca que lo mejor es que nuestro familiar vea a toda la familia en ocasiones especiales como la Navidad o una boda, quizás acabemos frustrados cuando se agobie por la presencia de tanta gente que no reconoce o encuentre molesta la presencia de niños pequeños.

La televisión puede tener un papel positivo en algunos momentos del día pero solo cuando estemos “efectivamente” viéndola. Para algunos enfermos puede resultar difícil distinguir entre lo que sucede en la sala y en la televisión, algo que puede resultar muy confuso, por lo que cuando no la estemos viendo es mejor tenerla apagada.

  1. Pensemos en que cosas “sí” pueden hacer

Aunque solamos caer en pensar en todas las cosas que antes podía hacer y ahora ya no, es posible que deba adoptar un enfoque diferente y centrarnos en lo poco o mucho que todavía puede hacer e incluso disfruta haciendo. El día a día suele “comerse” al cuidador por lo que vale la pena encontrar espacios y momentos en los que cuidar de una forma diferente, sencillamente recordando las cosas que gustaban a quien ahora no nos lo puede decir. ¿En qué era buena o bueno? ¿Con qué lo pasaba bien?

Hay muchas mujeres con Alzheimer para quienes la cocina y algunas labores domésticas han ocupado una parte importante de su vida. ¿Las recordamos cocinando o planchando como una mera obligación o como algo con lo que disfrutaba? Hay que hablarlo. Quizás no pueda preparar todo un plato pero se sienta bien haciendo alguna de las labores o preparativos. Quizás le cuesta hacer muchas cosas pero puede poner orden en un armario en el que guardamos toallas.

Algunas labores repetitivas que durante la juventud ocuparon parte de su vida pueden resultar ahora algo significativo que les haga pasar un buen rato.

Como la memoria a corto plazo se pierde con la enfermedad, es posible que pueda realizar varias veces seguidas una actividad que para el o ella resulta significativa: emparejar calcetines, separar piedrecitas de las lentejas o lijar un trozo de madera. En eso, alguien que sufre Alzheimer es igual que los demás, lo pasa bien ocupando el tiempo en algo con lo que disfruta.

  1. Hay que salir fuera y consumir energía

Es una continuación del consejo anterior, no olvidemos que algo que a muchos gusta es sencillamente caminar. Muchas familias limitan las salidas de la persona enferma por miedo a que se pierda o pase algo. Lo que hay que hacer es integrar el ejercicio y el salir al exterior en la rutina de la persona.

El sol es importantísimo en la salud de todos. No sólo porque ayuda a que podamos aprovechar algunas vitaminas sino también porque ayuda a situarnos en el momento del día en el que estamos y a poner en hora nuestro reloj interno.En algunas ciudades se están instalando jardines terapéuticos en los parques públicos para que personas con Alzheimer puedan pasar más tiempo en el exterior. Aprovechémoslo.

El hecho de salir al exterior y hacer ejercicio tiene también enormes virtudes que pueden repercutir en el bienestar del mayor. Quien se cansa durante el día duerme y come mejor además de hacer mejores digestiones. Además, cuando camina quien sufre Alzheimer también lo hacemos nosotros.

  1. Sea comprensivo con quien vive con el Alzheimer

Cuando se sufre Alzheimer resulta muy difícil mejorar las habilidades que se mantienen y aún más recordar instrucciones. Por lo tanto necesita hacer ajustes empezando por las expectativas que tiene sobre lo que puede o no hacer su ser querido.

Una actividad como poner la mesa, formada de varias pequeñas tareas puede ser un indicador de como avanza la enfermedad. Si dejamos que nuestro ser querido se encargue y lo haga cada día, conseguiremos que una actividad vinculada a un momento del día y a la alimentación, le ayude a tener puntos de referencia. A media que aparezcan los errores, es mejor no reprender ni llamar la atención sobre los mismos. Podemos reorganizar discretamente la mesa.

  1. Controle la toma de decisiones

Las personas con Alzheimer pueden ponerse nerviosas cuando tienen que decidir entre varias opciones. Por eso es bueno tomar el control de las elecciones cotidianas y presentarlas de una forma adecuada.

¿Qué blusa quieres ponerte hoy? Puede ser una pregunta generadora de angustia. Poner dos blusas encima de la cama y aprovechar el rato en que se viste para preguntar algo como “tenemos la blusa azul y la verde, a ver cuál te sienta mejor”, puede ser una opción mejor que, además nos permita, si vemos signos de confusión elegir nosotros una mientras le explicamos algo como “como se acera el verano y ha a hacer calor, mejor la verde que es más ligerita y te sienta mejor”.

  1. Esté listo para “Sundowning”

Esta palabra inglesa que significa “puesta de sol” se refiere a un empeoramiento de las alteraciones conductuales del enfermo al final de la tarde y principio de la noche. Es como si al llegar la noche los enfermos se volviesen más sensibles e irascibles.

Muchos han intentado dar una explicación a esta situación. Algunos lo han relacionado con alteraciones en los ciclos “noche-día” que sufren los enfermos de Alzheimer. Como si estuviesen en un continuo jet-lag; otros dicen que puede tener que ver con el cansancio acumulado durante el día tanto por parte del enfermo como del cuidador.

No existe una única forma de afrontar esta situación, aunque los siete consejos anteriores pueden servir para prevenir. Algunos expertos recomiendan escuchar al enfermo. En fases no muy avanzadas es posible que pueda decirnos qué le produce malestar o inquietud. Pueden ser miedos relacionados con algo que le ha pasado durante su vida y relaciona con la llegada de la noche como que algo puede pasar o alguien puede entrar en casa. Vale la pena no enfrentarse o descartar de plano e incorporar en la rutina un repaso de las puertas y ventanas para ver que están bien cerradas.

Aún haciendo eso vale la pena armarse de paciencia.

  1. Esté preparado para pedir ayuda

Cuidar a alguien que sufre Alzheimer requiere entender que estamos en un proceso en el que la persona enferma cada vez estará peor y requerirá más de nosotros. Además hay que asumir que la pérdida de la capacidad cognitiva comporta en muchas ocasiones que la afectividad se viva de forma diferente e incluso que nuestro ser querido se olvide de quiénes somos.

Esto unido al esfuerzo físico que requiere la atención puede llevarnos a necesitar ayuda. Hay que aceptarlo y no considerar que recibir atención domiciliaria, usar un centro de día o incluso el ingreso en una residencia es un fracaso o una traición a nuestro ser querido.

Un buen consejo es acudir a asociaciones de familiares de Alzheimer donde podemos recibir la primera ayuda que es el apoyo y consejo de alguien que ha vivido situaciones parecidas a la nuestra

Fuente:

www.inforesidencias.com

Usted es un cuidador si brinda cuidados a alguien que necesita ayuda. Cuidar a alguien puede ser duro para usted, más allá de la gran satisfacción que pueda sentir.

Para seguir siendo un buen cuidador, necesita ocuparse de sí mismo. Una forma en que puede hacerlo es asegurándose de tener descansos habituales de sus responsabilidades como cuidador.

A esto se lo llama relevo o respiro. Los descansos breves pueden ser una parte clave del mantenimiento de su propia salud.

¿Qué son los cuidados de relevo?

Espanol

Usted es un cuidador si se ocupa de alguien que necesita ayuda. Tomarse descansos breves puede ser la clave del mantenimiento de su propia salud.

Los cuidados de relevo le permiten al cuidador liberarse por un tiempo de sus responsabilidades relacionadas con la prestación de cuidados. Puede consistir en diferentes tipos de servicios en el hogar, en un centro de cuidados diurnos para adultos, o aún en un hogar de ancianos por un corto plazo para que los cuidadores puedan tener un descanso o incluso irse de vacaciones.

Las investigaciones muestran que aun unas pocas horas de relevo o respiro por semana pueden mejorar el bienestar del cuidador.

Los cuidados de relevo pueden ser provistos por familiares, amigos, un grupo sin fines de lucro o una agencia gubernamental. Algunos de estos servicios podrían ser gratuitos o de bajo costo.

Familiares y amigos

Haga saber sus necesidades

Aquí le ofrecemos algunas sugerencias para conseguir ayuda de personas que conozca.

  1. Identifique una tarea relacionada con la prestación de cuidados o un periodo de tiempo en que le gustaría que lo ayudaran. Quizás haya una reunión de un club de lectura a la que le gustaría asistir y que se haya estado perdiendo debido a sus responsabilidades como cuidador. Cuando alguien le diga “¿Qué puedo hacer para ayudar?”, esté listo para responder con una tarea o un horario específico, como “Me ayudaría mucho si te pudieras quedar con mamá el martes a la noche para que yo pueda ir a mi club de lectura por 2 horas”.
  2. Sea comprensivo si le dicen que no. Tal vez la persona no pueda ayudarlo con ese pedido específico, pero podría hacerlo en otro momento. No tema pedir de nuevo.
  3. Si le resulta difícil pedir ayuda cara a cara, pruebe escribirles un mensaje electrónico sobre sus necesidades a sus amigos y familiares. Establezca un calendario compartido en línea o una herramienta para programar horarios en donde las personas se puedan anotar para darle un descanso a usted con regularidad.

Su médico u otro proveedor de atención médica

¿Su médico sabe que usted es un cuidador?

  • Su médico debería estar al tanto de las necesidades especiales que usted tiene como cuidador. Asegúrese de decirle a su médico si sus responsabilidades como cuidador lo hacen sentir deprimido o ansioso. Los profesionales de atención médica también podrían saber sobre grupos de apoyo ofrecidos en la comunidad.
  • Avísele a su médico (o al médico de la persona que usted cuida) que necesita ayuda para encontrar cuidados de relevo.

¿Todavía no consigue un descanso?

Piense en la idea de unirse a un grupo de apoyo en línea. Es importante que usted tenga una oportunidad para compartir sus experiencias con otras personas en situaciones similares, y conseguir apoyo y nuevos recursos de ellas.

Recuerde: Para ser un cuidador eficaz, debe cuidarse a sí mismo. La persona a quien le brinda cuidados cuenta con usted.

Las 10 reglas de oro del cuidador

Vivir las 24 horas del día y de la noche con un familiar afectado por la enfermedad de Alzheimer es una prueba para la que ninguna persona está preparada.

Estos diez consejos le servirán como reglas de oro para “capear» con éxito las situaciones que se le van a presentar.

Léalas detenidamente.

No intente aplicarlas todos a la vez. Elija el o los consejos que mejor le parecen adecuarse con la situación actual.

* Regla 1: mantener la calma

Es la primera de todas las reglas.

A menudo usted se sentirá irritado/a, desasosegado/a, nervioso/a, por la conducta de su familiar.

No se encolerice. Esto no sirve para nada pues su familiar no se comporta según las reglas habituales, familiares, sociales o de convivencia, las olvida.

Su conducta no responde ya a una lógica. No tiene la intención de ponerle a usted en una situación desagradable sino que reacciona respondiendo a un estado mental que no es como el suyo.

La dificultad viene porque en parte sigue siendo él mismo pero la enfermedad le vuelve diferente. Hay que aprender a distinguir la persona que conocía del enfermo en él que se ha convertido.

Por otra parte, si usted le presiona, reaccionará a su enfado, encolerizándose, gritando, agitándose…

Estas reacciones (que le pueden parecer verdaderos despropósitos) incrementarán su estrés y le harán la vida imposible. Trate, al máximo, de no desencadenarlas.

* Regla 2: dejarle el tiempo que necesita

Muy a menudo, se piensa que las pérdidas de memoria disminuyen si se somete al enfermo a una estimulación permanente.

De buena fe, el cuidador puede inducir una “hiperestimulación», es un error.

Si usted le pide a su familiar demasiado (si le hace muchas preguntas, si le encomienda actividades difíciles de realizar o muy continuadas) se encolerizará, gritará y romperá los objetos.

Es su forma de comunicarle que no puede controlar la situación.

Déjele respirar. Déjele tiempo para hacer tareas aunque tarde más de media hora. No encadene las actividades unas tras otras. Si le hace una pregunta, dele tiempo para comprenderla y para contestarla.

En general, es bueno estimularlo para realizar actividades de las que todavía es capaz, pero evite hacerle sentir en una situación de fracaso pidiéndole cosas que ya no puede hacer.

* Regla 3: dejarle vivir a su ritmo sin intervenir sistemáticamente en su manera de vivir

Hay que evitar dos actitudes muy frecuentes:

    1. La que consiste en impedirle realizar las actividades caseras porque las lleva a cabo mal o de una manera que a usted no le gusta, “No pone bien la mesa, equivocando los cubiertos y los platos; hace mal las camas, no coloca sus cosas donde debería». A menudo los enfermos permanecen inactivos y olvidan mucho más rápidamente los hábitos de la vida diaria porque la familia los aparta de la vida familiar. Esta exclusión genera un sentimiento de fracaso, lo que disminuye aún más su autoestima,
    2. La que consiste en dejarle hacer lo que quiere. Mientras su actividad no sea peligrosa para él o para los demás miembros de la familia, déjele libertad para continuarla, incluso si su actitud es extraña o no habitual. Si quiere acostarse con su sombrero, déjele. Si ella juega con una muñeca creyendo que se trata de su nieta, permítaselo. Por el contrario, manténgase firme impidiéndole actividades que pueden llegar a ser peligrosas. Niéguese a dejarle conducir el coche, a tocar la llave del gas, a jugar con objetos cortantes, a fumar en la cama… si considera que ya no está capacitado para ello.

* Regla 4: no discutir

Su familiar puede encontrar buenas razones para justificar sus olvidos.

Puede acusarle de haberle robado su monedero si ya no lo encuentra.

No discuta con él.

Su lógica ha dejado de ser la nuestra.

Asimismo, evite, en su presencia las discusiones con otros miembros de la familia y los comentarios negativos.

*Regla 5: no regañarle

Poco a poco se olvida de las convenciones que rigen las relaciones sociales.

Aparece una desinhibición que explica las conductas inapropiadas.

No sirve de nada regañarle o amenazarle, incluso con el dedo.

Mucho mejor felicitarle aún que no ha cumplido bien lo que estaba haciendo.

* Regla 6: no tomar a mal sus conductas ilógicas o incoherentes

Los trastornos del comportamiento que pueden manifestarse no son dirigidos contra usted, su familiar no lo hace a propósito para fastidiarle.

Es su manera de reaccionar ante una situación que ya no domina.

* Regla 7: organizar su vida de forma rutinaria

Usted sabe que su enfermo pierde poco a poco la memoria, lo que quiere decir que es incapaz de aprender nuevas formas de actuar.

Por ejemplo, cada uno de nosotros tenemos nuestras propias costumbres a la hora de lavarnos, vestirnos, comer. Es nuestra rutina.

Hay que utilizar al máximo la rutina que su familiar elaboró en el transcurso de su vida, manteniéndola y evitando innovar: hacer siempre las mismas cosas, en el mismo orden, en el mismo sitio y a la misma hora.

Le facilitará la vida de su enfermo y la suya propia.

* Regla 8: preparase a tomar decisiones en su lugar

Su familiar tenía una responsabilidad total, o parcial, sobre las decisiones relacionadas con la vida familiar y, siempre, sobre las decisiones relativas a su propia vida.

Usted sabe que llegará un momento en el que su estado ya no le permita tomar estas decisiones.

Sobre usted y los demás miembros de la familia, recae ahora el peso de las decisiones.

Ya se dará usted cuenta de que las decisiones son múltiples y diferentes: algunas concernientes a la gestión económica del hogar, otras son relativas a la vida en común y a los hijos.

También existen decisiones “médicas» que afectan a la propia vida de su familiar: ¿hay que autorizar un ingreso hospitalario o una intervención? ¿Debe participar en algún ensayo terapéutico?

En cualquier caso hacer frente, solo, a una decisión difícil es angustioso. Si tiene usted familia, implíqueles en el proceso de toma de decisiones. Así, la familia podrá discutir, sopesar y compartir la responsabilidad.

* Regla 9: simular situaciones que puedan producirse

Siempre es difícil reaccionar con eficacia ante una situación imprevista.

La improvisación, sobre todo en un contexto estresante, es mala cosa.

Pongamos un ejemplo. Su familiar sale de compras por su barrio. Pasan tres horas y no vuelve a casa: Se ha perdido.

Usted se asusta. ¿Hay que ir a buscarlo? ¿Es mejor esperarlo?

¿A quién hay que avisar? ¿Llamo a los hospitales? ¿A la policía?

Si usted ha pensado en esta posibilidad, estará mejor preparado para afrontar la situación. ¿Está provisto de una pulsera, de una medalla o de una tarjeta de identificación en la que figuran su nombre, apellidos, dirección y el número de teléfono? ¿Ha hablado usted de su enfermedad con los vecinos para que puedan ayudarle a reconstruir el camino que ha seguido?

¿Tiene usted a mano el número de teléfono de la comisaría más cercana para denunciar su desaparición?

¿Tiene usted una foto reciente para ayudar a identificarle?

¿Es usted capaz de describir cómo iba vestido?

Pensar en las situaciones que pueden ocurrir y saber cómo actuar, disminuirá su angustia y, si la situación se produce, aumentará la eficacia de sus decisiones.

* Regla 10: cuidarse de uno mismo

No se le repetirá nunca lo suficiente.

Ha aceptado enfrentarse a una situación difícil, de corazón y con todo el amor que usted siente hacia su familiar.

Pero la más bella de las abnegaciones no le dará la fuerza física para resistir a los cuidados y a la atención que es preciso dispensar durante las 24 horas del día.

La persona que cuida a un familiar con Alzheimer en casa le dedica una media de 8 horas al día, cada día de la semana.

¿Cuánto tiempo resistiría usted si no se concediera plazos para descansar, para dormir o, simplemente para tener un respiro? ¿Cómo se encontrará de humor? ¿Cuáles serán sus reacciones cuando el enfermo cometa algún error? ¿Cuál será la calidad de los cuidados que le dará?

Recuerde que en la mitad de los casos, el ingreso del enfermo en una residencia se debe al agotamiento de su cuidador.

10 síntomas prematuros de demencia a los que debes prestar atención

Repasamos diez signos tempranos de Alzheimer y otros tipos de demencia a los que deberías prestar atención, pues el diagnóstico precoz de estas enfermedades cognitivas es fundamental para abordarlas y ralentizar su avance.

Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Pese a que afecta principalmente a las personas mayores, no se trata de una consecuencia normal del envejecimiento. Por otro lado, aunque suele ocurrir a una edad avanzada -la mayoría de tipos son poco frecuentes en personas menores de 60 años-, existen síntomas tempranos que no deberías perder de vista.

Resumiéndolo mucho, la demencia ocurre cuando las células nerviosas en el cerebro de una persona dejan de funcionar. Existen muchos tipos, como la demencia frontotemporal, pero el más común es la enfermedad de Alzheimer, que acapara más de la mitad de los casos.

A continuación, repasamos diez síntomas tempranos típicos de demencia. Para que una persona reciba este diagnóstico, generalmente debe experimentarse dos o más de ellos, siendo lo suficientemente graves como para dificultar la vida diaria.

10 primeros signos de demencia a los que debes prestar atención:

– Pérdida de memoria: Probablemente el síntoma más conocido de la demencia. Un signo temprano es la dificultad especialmente para recordar información nueva o reciente, como fechas o eventos. Cabe destacar que la mayoría de las personas ocasionalmente olvidan las cosas con mayor frecuencia a medida que envejecen. Sin embargo, es posible recuperar los recuerdos más tarde si la pérdida está relacionada con la edad y no debido a la demencia.

– Dificultad para planificar o resolver problemas: A una persona con demencia le puede resultar difícil seguir un plan, como una receta para cocinar o instrucciones para conducir. La resolución de problemas también puede volverse más desafiante y angustiosa, como las cuentas para las finanzas domésticas.

– Dificultad para realizar tareas familiares: A una persona con demencia le puede resultar difícil completar las tareas personales o profesionales que realiza con regularidad, como cambiar la configuración de un televisor, usar un ordenador, preparar una taza de té o llegar a un lugar conocido.

– Confusiones sobre el momento o el lugar: La demencia puede hacer que sea difícil tener consciencia sobre el paso del tiempo, olvidando también dónde están o no pudiendo situar los eventos en el futuro o en el pasado. La confusión con las fechas es uno de los síntomas más precoces del Alzheimer.

– Problemas para entender la información visual: La información visual puede ser desafiante para una persona con demencia. Puede ser difícil de leer, juzgar distancias o resolver las diferencias entre colores. Alguien que generalmente conduce o hace ciclos puede comenzar a encontrar estas actividades desafiantes.

– Problemas al hablar o escribir: La escritura a mano puede ser menos legible a medida que avanza la demencia, mientras que también son habituales las dificultades para participar en conversaciones -ya que se olvida lo que uno mismo u otra persona han dicho- Es habitual que la ortografía, puntuación y gramática empeoren.

– Colocar mal las cosas: Es posible que una persona con demencia no pueda recordar dónde deja los objetos cotidianos, como la cartera, las llaves, el mando a distancia o documentos importantes. En un primer momento es posible que culpe a otras personas y que además, padezca frustración por no encontrar el paradero de sus objetos.

– Mal juicio o dificultades para la toma de decisiones: Puede ser difícil entender lo que es justo y razonable -por ejemplo, creer que el precio de las cosas sea excesivo o al contrario-, así como descuidar la higiene personal.

– Abandonar la socialización: Una persona con demencia puede no estar interesada en socializar con otras personas, ya sea en su vida familiar o en el trabajo. Pueden volverse retraídos y no hablar con otros, o no prestar atención, abandonando hobbies, pasatiempos o deportes que involucran a otras personas.

– Cambios en la personalidad o estado de ánimo: Una persona con demencia puede experimentar cambios de humor o de personalidad debido a la enfermedad, volviéndose irritables, deprimidos, temerosos o ansiosos. También pueden volverse más desinhibidos o actuar de manera inapropiada.

ticbeat.com

¿Cómo mejorar la circulación sanguínea en personas mayores?

En las personas mayores y en los ancianos es frecuente la mala circulación sanguínea y de no atenderse y tratarse adecuadamente, puede generar algunas complicaciones como las úlceras venosas.

La mala circulación sanguínea afecta, sobre todo, las manos, las piernas, los pies y los tobillos. Además de ser un problema en sí misma, los ancianos y personas mayores corren más riesgos de sufrir caídas y de que se produzcan fracturas y otras complicaciones al verse afectados sus miembros superiores.

Es importante que no se agrave, ya que se reduce la movilidad de la persona afectada y eso a su vez empeora la mala circulación.

Cómo mejorar la circulación sanguínea
Para prevenir o mejorar los posibles problemas generados por la mala circulación sanguínea y en el siatema circulatorio en general, deben seguirse dos recomendaciones básicas:

Una dieta equilibrada en la que se consuman más verduras, como la arracacha y las espinacas, así como las fresas, las naranjas y la sandía, entre las frutas. En especial deben consumirse alimentos que contengan ajo y cebolla, aumentar el consumo de pescado en vez de carnes rojas y mantener una buena hidratación.
Caminar por lo menos media hora en la mañana y media hora en la tarde. Someterse a masajes y sobre todo es muy efectiva la hidroterapia con la alternación de fuertes chorros de agua fría y agua caliente.
Este par de sencillas recomendaciones suponen en muchos casos la adopción de hábitos para los cuales lo mejor es contar con la asistencia de personal especializado en el cuidado y atención a la dependencia, sobre todo cuando hablamos de personas mayores o ancianos.

Y es la mejor alternativa cuando lo que se plantea es cómo mejorar la circulación saguínea, porque es frecuente que las personas de avanzada edad necesitan que les recuerden y los apoyen en sus tratamientos, en particular en aquellos casos en los que antes de su padecimiento tenían hábitos inadecuados.

La circulación sanguínea y alimentos para mejorarla

El correcto funcionamiento de la circulación sanguínea y los tratamientos específicos cuando no fluye no serían posibles sin los descubrimientos y avances de la ciencia médica.

Hace más de 400 años, el 17 de abril de 1616, el médico inglés William Harvey presentó al Royal College su descubrimiento de que la sangre circula porque es bombeada por el corazón y no porque se genera en el hígado, como hasta entonces se creía.

Ese descubrimiento es uno de los más importantes de la ciencia, ya que sobre su base se amplió la observación experimental y una mayor y más precisa comprensión del cuerpo humano.

Y en lo que sí tenía algo de razón la creencia que relacionaba todo el proceso de generación y circulación de la sangre con el hígado, es en que hay una influencia de los alimentos en la circulación sanguínea, ya sea en un sentido positivo o negativo.

El grupo de alimentos que a continuación se mencionan son los mejores para el mejoramiento de la circulación sanguínea y prevenir enfermedades relacionadas:

El jengibre, porque la hace más fluida.
La cúrcuma, planta medicinal muy usada como condimento con propiedades antinflamatorias y antioxidantes.
El limón, que por su alto contenido de vitamina C, favorece la formación de proteínas, de mucha influencia en los vasos sanguíneos.
El ajo por sus propiedades anticoagulantes.
Las nueces, al aportar vitamina B3 y omega 3, que son antinflamatorios y vasodilatadores.
El mijo tonifica el bazo, que es el órgano encargado de regir los vasos sanguíneos y hace que la sangre se mantenga en estos y circule de manera correcta.
Las pipas del girasol por su alto contenido de vitamina E, que es un gran antioxidante y de aminoácidos esenciales, indispensable para el apropiado mantenimiento de las estructuras capilares.
La cebolla contiene sílice, que ayuda en la prevención de la trombosis y en el envejecimiento de arterias y venas, y de gran contenido de quercetina, que es muy favorable para la buena circulación de la sangre.
Síntomas de la mala circulación sanguínea en el cerebro
Así como es un claro síntoma las manchas en las piernas por mala circulación sanguínea, también cuando afecta el cerebro hay una serie de síntomas que deben tenerse en cuenta para evitar mayores problemas de salud.

Pérdida de visión o visión doble.
Problemas para tragar.
Vértigo o sensación de que alrededor las cosas están girando.
Dificultad para articular palabras.
Hormigueo o entumecimiento en el cuero cabelludo y en la cara.
Repentinas caídas sin causa aparente.
Pérdida momentánea de la memoria.
Estos son en general los síntomas más comunes que revelan problemas en el aparato circulatorio y específicamente en el cerebro. Es importante que al detectarse estos síntomas se acuda de inmediato al médico para evitar graves complicaciones, como cualquier tipo de accidente cerebrovascular.

Por eso deben evitarse los factores de riesgo más frecuentes, como altos niveles de colesterol, diabetes, hipertensión arterial, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.?

En las personas mayores y en los ancianos es frecuente la mala circulación sanguínea y de no atenderse y tratarse adecuadamente, puede generar algunas complicaciones como las úlceras venosas.

La mala circulación sanguínea afecta, sobre todo, las manos, las piernas, los pies y los tobillos. Además de ser un problema en sí misma, los ancianos y personas mayores corren más riesgos de sufrir caídas y de que se produzcan fracturas y otras complicaciones al verse afectados sus miembros superiores.

Es importante que no se agrave, ya que se reduce la movilidad de la persona afectada y eso a su vez empeora la mala circulación.

Cómo mejorar la circulación sanguínea

Para prevenir o mejorar los posibles problemas generados por la mala circulación sanguínea y en el siatema circulatorio en general, deben seguirse dos recomendaciones básicas:

  1. Una dieta equilibrada en la que se consuman más verduras, como la arracacha y las espinacas, así como las fresas, las naranjas y la sandía, entre las frutas. En especial deben consumirse alimentos que contengan ajo y cebolla, aumentar el consumo de pescado en vez de carnes rojas y mantener una buena hidratación.
  2. Caminar por lo menos media hora en la mañana y media hora en la tarde. Someterse a masajes y sobre todo es muy efectiva la hidroterapia con la alternación de fuertes chorros de agua fría y agua caliente.

Este par de sencillas recomendaciones suponen en muchos casos la adopción de hábitos para los cuales lo mejor es contar con la asistencia de personal especializado en el cuidado y atención a la dependencia, sobre todo cuando hablamos de personas mayores o ancianos.

Y es la mejor alternativa cuando lo que se plantea es cómo mejorar la circulación saguínea, porque es frecuente que las personas de avanzada edad necesitan que les recuerden y los apoyen en sus tratamientos, en particular en aquellos casos en los que antes de su padecimiento tenían hábitos inadecuados.

La circulación sanguínea y alimentos para mejorarla

El correcto funcionamiento de la circulación sanguínea y los tratamientos específicos cuando no fluye no serían posibles sin los descubrimientos y avances de la ciencia médica.

Hace más de 400 años, el 17 de abril de 1616, el médico inglés William Harvey presentó al Royal College su descubrimiento de que la sangre circula porque es bombeada por el corazón y no porque se genera en el hígado, como hasta entonces se creía.

Ese descubrimiento es uno de los más importantes de la ciencia, ya que sobre su base se amplió la observación experimental y una mayor y más precisa comprensión del cuerpo humano.

Y en lo que sí tenía algo de razón la creencia que relacionaba todo el proceso de generación y circulación de la sangre con el hígado, es en que hay una influencia de los alimentos en la circulación sanguínea, ya sea en un sentido positivo o negativo.

El grupo de alimentos que a continuación se mencionan son los mejores para el mejoramiento de la circulación sanguínea y prevenir enfermedades relacionadas:

  • El jengibre, porque la hace más fluida.
  • La cúrcuma, planta medicinal muy usada como condimento con propiedades antinflamatorias y antioxidantes.
  • El limón, que por su alto contenido de vitamina C, favorece la formación de proteínas, de mucha influencia en los vasos sanguíneos.
  • El ajo por sus propiedades anticoagulantes.
  • Las nueces, al aportar vitamina B3 y omega 3, que son antinflamatorios y vasodilatadores.
  • El mijo tonifica el bazo, que es el órgano encargado de regir los vasos sanguíneos y hace que la sangre se mantenga en estos y circule de manera correcta.
  • Las pipas del girasol por su alto contenido de vitamina E, que es un gran antioxidante y de aminoácidos esenciales, indispensable para el apropiado mantenimiento de las estructuras capilares.
  • La cebolla contiene sílice, que ayuda en la prevención de la trombosis y en el envejecimiento de arterias y venas, y de gran contenido de quercetina, que es muy favorable para la buena circulación de la sangre.

Síntomas de la mala circulación sanguínea en el cerebro

Así como es un claro síntoma las manchas en las piernas por mala circulación sanguínea, también cuando afecta el cerebro hay una serie de síntomas que deben tenerse en cuenta para evitar mayores problemas de salud.

  • Pérdida de visión o visión doble.
  • Problemas para tragar.
  • Vértigo o sensación de que alrededor las cosas están girando.
  • Dificultad para articular palabras.
  • Hormigueo o entumecimiento en el cuero cabelludo y en la cara.
  • Repentinas caídas sin causa aparente.
  • Pérdida momentánea de la memoria.

Estos son en general los síntomas más comunes que revelan problemas en el aparato circulatorio y específicamente en el cerebro. Es importante que al detectarse estos síntomas se acuda de inmediato al médico para evitar graves complicaciones, como cualquier tipo de accidente cerebrovascular.

Por eso deben evitarse los factores de riesgo más frecuentes, como altos niveles de colesterol, diabetes, hipertensión arterial, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.

Fuente: sadacv.es