Estrada Douglas

Alzheimer, saber más para cuidar mejor

Nueve consejos para quien convive con alguien que sufre Alzheimer u otro tipo de demencia

Convivir con alguien que sufre demencia (incluida la enfermedad de Alzheimer) consume tanto tiempo y dedicación, que incluso puede llegar a parecer una vivencia insuperable.

A veces da la sensación es que, por mucho que hagamos de nada sirve; nuestro familiar enfermo sigue pareciéndonos frustrado y confundido.

Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para ayudar a que un ser querido con Alzheimer disfrute de sus actividades cotidianas.

Aquí hay algunos consejos que pueden ser de utilidad, incluso cuando, en apariencia pueden parecernos frustradas o confundidas fácilmente, siga estos pasos para ayudarlos a sentirse tranquilos y seguros:

  1. Cuídese como cuidador para que su familiar se sienta mejor

Aunque parece un consejo baladí, resulta fundamental que quien dedica varias horas al día a cuidar a un ser querido que sufre Alzheimer encuentre “sus” momentos en los que hacer algo que le guste o sencillamente poder “desconectar” del cuidado.

Resulta importantísimo evitar “quemarse” como cuidador. Si no se hace puede suceder que el cuidador se convierta a su vez en enfermo. Para conseguir estos espacios de descanso es importante que los seres queridos del entorno del enfermo se impliquen y no dejen toda la carga del cuidado en una única persona. Además es algo que hay que hacer de forma planificada, no se trata de “echar una mano” cuando el cuidador no puede más sino de, como dice el siguiente consejo, crear una rutina.

  1. Crear y mantener una rutina

Las personas que sufren Alzheimer suelen vivir mejor si su rutina sigue un horario bastante fijo en el que tanto los espacios como las personas y las “cosas que pasan” siguen un orden que se mantienen. Los cambios pueden ser difíciles para ellos.

Parte de la rutina puede estar formada por una serie de “rituales cotidianos” como utilizar palabras y gestos parecidos cuando se va a hacer una actividad. Por ejemplo una frase, la misma, siempre, cuando nos levantamos para ir a comer, cuando vamos a ir al lavabo o a hacer otra cosa. Algunas familias han descubierto el valor de la música y las canciones para mantener ese “día a día” en el que la persona con Alzheimer se encuentra más cómoda.

En la medida de lo posible conviene que las personas que interactúan con el enfermo sean también las mismas. Por eso conviene que los familiares que se implican en el cuidado no dejen pasar mucho tiempo sin verle y hablar con él o ella.

  1. Limite la cantidad de sonido y movimiento

Casi todos los que conviven con enfermos de Alzheimer saben lo fácil que es que los ruidos o las multitudes confundan, abrumen e incluso inquieten a sus familiares. Sabiendo esto, podemos adecuar la vida de la persona de forma que, cuando salgamos a pasear (algo muy conveniente), además de seguir un recorrido homogéneo en el que paremos si puede ser en el mismo banco, intentemos acudir a parques en los que no haya mucha gente o gritos. Incluso podemos preferir tiendas pequeñas en las que no haya mucha gente.

Aunque nos parezca que lo mejor es que nuestro familiar vea a toda la familia en ocasiones especiales como la Navidad o una boda, quizás acabemos frustrados cuando se agobie por la presencia de tanta gente que no reconoce o encuentre molesta la presencia de niños pequeños.

La televisión puede tener un papel positivo en algunos momentos del día pero solo cuando estemos “efectivamente” viéndola. Para algunos enfermos puede resultar difícil distinguir entre lo que sucede en la sala y en la televisión, algo que puede resultar muy confuso, por lo que cuando no la estemos viendo es mejor tenerla apagada.

  1. Pensemos en que cosas “sí” pueden hacer

Aunque solamos caer en pensar en todas las cosas que antes podía hacer y ahora ya no, es posible que deba adoptar un enfoque diferente y centrarnos en lo poco o mucho que todavía puede hacer e incluso disfruta haciendo. El día a día suele “comerse” al cuidador por lo que vale la pena encontrar espacios y momentos en los que cuidar de una forma diferente, sencillamente recordando las cosas que gustaban a quien ahora no nos lo puede decir. ¿En qué era buena o bueno? ¿Con qué lo pasaba bien?

Hay muchas mujeres con Alzheimer para quienes la cocina y algunas labores domésticas han ocupado una parte importante de su vida. ¿Las recordamos cocinando o planchando como una mera obligación o como algo con lo que disfrutaba? Hay que hablarlo. Quizás no pueda preparar todo un plato pero se sienta bien haciendo alguna de las labores o preparativos. Quizás le cuesta hacer muchas cosas pero puede poner orden en un armario en el que guardamos toallas.

Algunas labores repetitivas que durante la juventud ocuparon parte de su vida pueden resultar ahora algo significativo que les haga pasar un buen rato.

Como la memoria a corto plazo se pierde con la enfermedad, es posible que pueda realizar varias veces seguidas una actividad que para el o ella resulta significativa: emparejar calcetines, separar piedrecitas de las lentejas o lijar un trozo de madera. En eso, alguien que sufre Alzheimer es igual que los demás, lo pasa bien ocupando el tiempo en algo con lo que disfruta.

  1. Hay que salir fuera y consumir energía

Es una continuación del consejo anterior, no olvidemos que algo que a muchos gusta es sencillamente caminar. Muchas familias limitan las salidas de la persona enferma por miedo a que se pierda o pase algo. Lo que hay que hacer es integrar el ejercicio y el salir al exterior en la rutina de la persona.

El sol es importantísimo en la salud de todos. No sólo porque ayuda a que podamos aprovechar algunas vitaminas sino también porque ayuda a situarnos en el momento del día en el que estamos y a poner en hora nuestro reloj interno.En algunas ciudades se están instalando jardines terapéuticos en los parques públicos para que personas con Alzheimer puedan pasar más tiempo en el exterior. Aprovechémoslo.

El hecho de salir al exterior y hacer ejercicio tiene también enormes virtudes que pueden repercutir en el bienestar del mayor. Quien se cansa durante el día duerme y come mejor además de hacer mejores digestiones. Además, cuando camina quien sufre Alzheimer también lo hacemos nosotros.

  1. Sea comprensivo con quien vive con el Alzheimer

Cuando se sufre Alzheimer resulta muy difícil mejorar las habilidades que se mantienen y aún más recordar instrucciones. Por lo tanto necesita hacer ajustes empezando por las expectativas que tiene sobre lo que puede o no hacer su ser querido.

Una actividad como poner la mesa, formada de varias pequeñas tareas puede ser un indicador de como avanza la enfermedad. Si dejamos que nuestro ser querido se encargue y lo haga cada día, conseguiremos que una actividad vinculada a un momento del día y a la alimentación, le ayude a tener puntos de referencia. A media que aparezcan los errores, es mejor no reprender ni llamar la atención sobre los mismos. Podemos reorganizar discretamente la mesa.

  1. Controle la toma de decisiones

Las personas con Alzheimer pueden ponerse nerviosas cuando tienen que decidir entre varias opciones. Por eso es bueno tomar el control de las elecciones cotidianas y presentarlas de una forma adecuada.

¿Qué blusa quieres ponerte hoy? Puede ser una pregunta generadora de angustia. Poner dos blusas encima de la cama y aprovechar el rato en que se viste para preguntar algo como “tenemos la blusa azul y la verde, a ver cuál te sienta mejor”, puede ser una opción mejor que, además nos permita, si vemos signos de confusión elegir nosotros una mientras le explicamos algo como “como se acera el verano y ha a hacer calor, mejor la verde que es más ligerita y te sienta mejor”.

  1. Esté listo para “Sundowning”

Esta palabra inglesa que significa “puesta de sol” se refiere a un empeoramiento de las alteraciones conductuales del enfermo al final de la tarde y principio de la noche. Es como si al llegar la noche los enfermos se volviesen más sensibles e irascibles.

Muchos han intentado dar una explicación a esta situación. Algunos lo han relacionado con alteraciones en los ciclos “noche-día” que sufren los enfermos de Alzheimer. Como si estuviesen en un continuo jet-lag; otros dicen que puede tener que ver con el cansancio acumulado durante el día tanto por parte del enfermo como del cuidador.

No existe una única forma de afrontar esta situación, aunque los siete consejos anteriores pueden servir para prevenir. Algunos expertos recomiendan escuchar al enfermo. En fases no muy avanzadas es posible que pueda decirnos qué le produce malestar o inquietud. Pueden ser miedos relacionados con algo que le ha pasado durante su vida y relaciona con la llegada de la noche como que algo puede pasar o alguien puede entrar en casa. Vale la pena no enfrentarse o descartar de plano e incorporar en la rutina un repaso de las puertas y ventanas para ver que están bien cerradas.

Aún haciendo eso vale la pena armarse de paciencia.

  1. Esté preparado para pedir ayuda

Cuidar a alguien que sufre Alzheimer requiere entender que estamos en un proceso en el que la persona enferma cada vez estará peor y requerirá más de nosotros. Además hay que asumir que la pérdida de la capacidad cognitiva comporta en muchas ocasiones que la afectividad se viva de forma diferente e incluso que nuestro ser querido se olvide de quiénes somos.

Esto unido al esfuerzo físico que requiere la atención puede llevarnos a necesitar ayuda. Hay que aceptarlo y no considerar que recibir atención domiciliaria, usar un centro de día o incluso el ingreso en una residencia es un fracaso o una traición a nuestro ser querido.

Un buen consejo es acudir a asociaciones de familiares de Alzheimer donde podemos recibir la primera ayuda que es el apoyo y consejo de alguien que ha vivido situaciones parecidas a la nuestra

Fuente:

www.inforesidencias.com

Usted es un cuidador si brinda cuidados a alguien que necesita ayuda. Cuidar a alguien puede ser duro para usted, más allá de la gran satisfacción que pueda sentir.

Para seguir siendo un buen cuidador, necesita ocuparse de sí mismo. Una forma en que puede hacerlo es asegurándose de tener descansos habituales de sus responsabilidades como cuidador.

A esto se lo llama relevo o respiro. Los descansos breves pueden ser una parte clave del mantenimiento de su propia salud.

¿Qué son los cuidados de relevo?

Espanol

Usted es un cuidador si se ocupa de alguien que necesita ayuda. Tomarse descansos breves puede ser la clave del mantenimiento de su propia salud.

Los cuidados de relevo le permiten al cuidador liberarse por un tiempo de sus responsabilidades relacionadas con la prestación de cuidados. Puede consistir en diferentes tipos de servicios en el hogar, en un centro de cuidados diurnos para adultos, o aún en un hogar de ancianos por un corto plazo para que los cuidadores puedan tener un descanso o incluso irse de vacaciones.

Las investigaciones muestran que aun unas pocas horas de relevo o respiro por semana pueden mejorar el bienestar del cuidador.

Los cuidados de relevo pueden ser provistos por familiares, amigos, un grupo sin fines de lucro o una agencia gubernamental. Algunos de estos servicios podrían ser gratuitos o de bajo costo.

Familiares y amigos

Haga saber sus necesidades

Aquí le ofrecemos algunas sugerencias para conseguir ayuda de personas que conozca.

  1. Identifique una tarea relacionada con la prestación de cuidados o un periodo de tiempo en que le gustaría que lo ayudaran. Quizás haya una reunión de un club de lectura a la que le gustaría asistir y que se haya estado perdiendo debido a sus responsabilidades como cuidador. Cuando alguien le diga “¿Qué puedo hacer para ayudar?”, esté listo para responder con una tarea o un horario específico, como “Me ayudaría mucho si te pudieras quedar con mamá el martes a la noche para que yo pueda ir a mi club de lectura por 2 horas”.
  2. Sea comprensivo si le dicen que no. Tal vez la persona no pueda ayudarlo con ese pedido específico, pero podría hacerlo en otro momento. No tema pedir de nuevo.
  3. Si le resulta difícil pedir ayuda cara a cara, pruebe escribirles un mensaje electrónico sobre sus necesidades a sus amigos y familiares. Establezca un calendario compartido en línea o una herramienta para programar horarios en donde las personas se puedan anotar para darle un descanso a usted con regularidad.

Su médico u otro proveedor de atención médica

¿Su médico sabe que usted es un cuidador?

  • Su médico debería estar al tanto de las necesidades especiales que usted tiene como cuidador. Asegúrese de decirle a su médico si sus responsabilidades como cuidador lo hacen sentir deprimido o ansioso. Los profesionales de atención médica también podrían saber sobre grupos de apoyo ofrecidos en la comunidad.
  • Avísele a su médico (o al médico de la persona que usted cuida) que necesita ayuda para encontrar cuidados de relevo.

¿Todavía no consigue un descanso?

Piense en la idea de unirse a un grupo de apoyo en línea. Es importante que usted tenga una oportunidad para compartir sus experiencias con otras personas en situaciones similares, y conseguir apoyo y nuevos recursos de ellas.

Recuerde: Para ser un cuidador eficaz, debe cuidarse a sí mismo. La persona a quien le brinda cuidados cuenta con usted.

Las 10 reglas de oro del cuidador

Vivir las 24 horas del día y de la noche con un familiar afectado por la enfermedad de Alzheimer es una prueba para la que ninguna persona está preparada.

Estos diez consejos le servirán como reglas de oro para “capear» con éxito las situaciones que se le van a presentar.

Léalas detenidamente.

No intente aplicarlas todos a la vez. Elija el o los consejos que mejor le parecen adecuarse con la situación actual.

* Regla 1: mantener la calma

Es la primera de todas las reglas.

A menudo usted se sentirá irritado/a, desasosegado/a, nervioso/a, por la conducta de su familiar.

No se encolerice. Esto no sirve para nada pues su familiar no se comporta según las reglas habituales, familiares, sociales o de convivencia, las olvida.

Su conducta no responde ya a una lógica. No tiene la intención de ponerle a usted en una situación desagradable sino que reacciona respondiendo a un estado mental que no es como el suyo.

La dificultad viene porque en parte sigue siendo él mismo pero la enfermedad le vuelve diferente. Hay que aprender a distinguir la persona que conocía del enfermo en él que se ha convertido.

Por otra parte, si usted le presiona, reaccionará a su enfado, encolerizándose, gritando, agitándose…

Estas reacciones (que le pueden parecer verdaderos despropósitos) incrementarán su estrés y le harán la vida imposible. Trate, al máximo, de no desencadenarlas.

* Regla 2: dejarle el tiempo que necesita

Muy a menudo, se piensa que las pérdidas de memoria disminuyen si se somete al enfermo a una estimulación permanente.

De buena fe, el cuidador puede inducir una “hiperestimulación», es un error.

Si usted le pide a su familiar demasiado (si le hace muchas preguntas, si le encomienda actividades difíciles de realizar o muy continuadas) se encolerizará, gritará y romperá los objetos.

Es su forma de comunicarle que no puede controlar la situación.

Déjele respirar. Déjele tiempo para hacer tareas aunque tarde más de media hora. No encadene las actividades unas tras otras. Si le hace una pregunta, dele tiempo para comprenderla y para contestarla.

En general, es bueno estimularlo para realizar actividades de las que todavía es capaz, pero evite hacerle sentir en una situación de fracaso pidiéndole cosas que ya no puede hacer.

* Regla 3: dejarle vivir a su ritmo sin intervenir sistemáticamente en su manera de vivir

Hay que evitar dos actitudes muy frecuentes:

    1. La que consiste en impedirle realizar las actividades caseras porque las lleva a cabo mal o de una manera que a usted no le gusta, “No pone bien la mesa, equivocando los cubiertos y los platos; hace mal las camas, no coloca sus cosas donde debería». A menudo los enfermos permanecen inactivos y olvidan mucho más rápidamente los hábitos de la vida diaria porque la familia los aparta de la vida familiar. Esta exclusión genera un sentimiento de fracaso, lo que disminuye aún más su autoestima,
    2. La que consiste en dejarle hacer lo que quiere. Mientras su actividad no sea peligrosa para él o para los demás miembros de la familia, déjele libertad para continuarla, incluso si su actitud es extraña o no habitual. Si quiere acostarse con su sombrero, déjele. Si ella juega con una muñeca creyendo que se trata de su nieta, permítaselo. Por el contrario, manténgase firme impidiéndole actividades que pueden llegar a ser peligrosas. Niéguese a dejarle conducir el coche, a tocar la llave del gas, a jugar con objetos cortantes, a fumar en la cama… si considera que ya no está capacitado para ello.

* Regla 4: no discutir

Su familiar puede encontrar buenas razones para justificar sus olvidos.

Puede acusarle de haberle robado su monedero si ya no lo encuentra.

No discuta con él.

Su lógica ha dejado de ser la nuestra.

Asimismo, evite, en su presencia las discusiones con otros miembros de la familia y los comentarios negativos.

*Regla 5: no regañarle

Poco a poco se olvida de las convenciones que rigen las relaciones sociales.

Aparece una desinhibición que explica las conductas inapropiadas.

No sirve de nada regañarle o amenazarle, incluso con el dedo.

Mucho mejor felicitarle aún que no ha cumplido bien lo que estaba haciendo.

* Regla 6: no tomar a mal sus conductas ilógicas o incoherentes

Los trastornos del comportamiento que pueden manifestarse no son dirigidos contra usted, su familiar no lo hace a propósito para fastidiarle.

Es su manera de reaccionar ante una situación que ya no domina.

* Regla 7: organizar su vida de forma rutinaria

Usted sabe que su enfermo pierde poco a poco la memoria, lo que quiere decir que es incapaz de aprender nuevas formas de actuar.

Por ejemplo, cada uno de nosotros tenemos nuestras propias costumbres a la hora de lavarnos, vestirnos, comer. Es nuestra rutina.

Hay que utilizar al máximo la rutina que su familiar elaboró en el transcurso de su vida, manteniéndola y evitando innovar: hacer siempre las mismas cosas, en el mismo orden, en el mismo sitio y a la misma hora.

Le facilitará la vida de su enfermo y la suya propia.

* Regla 8: preparase a tomar decisiones en su lugar

Su familiar tenía una responsabilidad total, o parcial, sobre las decisiones relacionadas con la vida familiar y, siempre, sobre las decisiones relativas a su propia vida.

Usted sabe que llegará un momento en el que su estado ya no le permita tomar estas decisiones.

Sobre usted y los demás miembros de la familia, recae ahora el peso de las decisiones.

Ya se dará usted cuenta de que las decisiones son múltiples y diferentes: algunas concernientes a la gestión económica del hogar, otras son relativas a la vida en común y a los hijos.

También existen decisiones “médicas» que afectan a la propia vida de su familiar: ¿hay que autorizar un ingreso hospitalario o una intervención? ¿Debe participar en algún ensayo terapéutico?

En cualquier caso hacer frente, solo, a una decisión difícil es angustioso. Si tiene usted familia, implíqueles en el proceso de toma de decisiones. Así, la familia podrá discutir, sopesar y compartir la responsabilidad.

* Regla 9: simular situaciones que puedan producirse

Siempre es difícil reaccionar con eficacia ante una situación imprevista.

La improvisación, sobre todo en un contexto estresante, es mala cosa.

Pongamos un ejemplo. Su familiar sale de compras por su barrio. Pasan tres horas y no vuelve a casa: Se ha perdido.

Usted se asusta. ¿Hay que ir a buscarlo? ¿Es mejor esperarlo?

¿A quién hay que avisar? ¿Llamo a los hospitales? ¿A la policía?

Si usted ha pensado en esta posibilidad, estará mejor preparado para afrontar la situación. ¿Está provisto de una pulsera, de una medalla o de una tarjeta de identificación en la que figuran su nombre, apellidos, dirección y el número de teléfono? ¿Ha hablado usted de su enfermedad con los vecinos para que puedan ayudarle a reconstruir el camino que ha seguido?

¿Tiene usted a mano el número de teléfono de la comisaría más cercana para denunciar su desaparición?

¿Tiene usted una foto reciente para ayudar a identificarle?

¿Es usted capaz de describir cómo iba vestido?

Pensar en las situaciones que pueden ocurrir y saber cómo actuar, disminuirá su angustia y, si la situación se produce, aumentará la eficacia de sus decisiones.

* Regla 10: cuidarse de uno mismo

No se le repetirá nunca lo suficiente.

Ha aceptado enfrentarse a una situación difícil, de corazón y con todo el amor que usted siente hacia su familiar.

Pero la más bella de las abnegaciones no le dará la fuerza física para resistir a los cuidados y a la atención que es preciso dispensar durante las 24 horas del día.

La persona que cuida a un familiar con Alzheimer en casa le dedica una media de 8 horas al día, cada día de la semana.

¿Cuánto tiempo resistiría usted si no se concediera plazos para descansar, para dormir o, simplemente para tener un respiro? ¿Cómo se encontrará de humor? ¿Cuáles serán sus reacciones cuando el enfermo cometa algún error? ¿Cuál será la calidad de los cuidados que le dará?

Recuerde que en la mitad de los casos, el ingreso del enfermo en una residencia se debe al agotamiento de su cuidador.

Hoy 30 de Octubre es día de celebración por el cumpleaños de mi suegra, mañana ella no lo recordará, incluso hoy no lo sabe si no se lo decimos. Pero a pesar de todo eso, damos gracias a Dios que el Ladrón de Recuerdos nos sigue permitiendo disfrutar de estos momentos con ella.

Ella disfruta los pequeños momentos de alegría y tratamos que se multipliquen para que aunque luego los olvide tenga en su corazón esa alegría de sentirse amada, cuidada y valiosa para nosotros.

El Alzheimer hace que ella pronto olvide lo que pasó en el día a día, pero no puede tocar el sentimiento de ella hacia nosotros y no puede impedir que ella disfrute de la vida a nuestro lado.

Ahora celebramos la vida de ella, celebramos sus 87 años y la dicha de poder luchar por ella para poder tenerla con nosotros muchos años más.

Gracias Dios por su vida, y aunque parezca mentira, gracias señor Alzheimer por mostrarnos que:

La familia no es cuestión de sangre, sino de quien sostiene su mano cuando más lo necesita.

#PorEllosValeLaPenaLuchar.

Alztivista Alzheimer

Seis medidas para evitar los factores de riesgo del Alzheimer

Aunque evitar la enfermedad de Alzheimer es sumamente complejo y difícil de abordar en edades avanzadas de la vida, donde ya se producen diversos cambios a nivel cerebral, evitar situaciones de riesgo y procurar mejorar el funcionamiento cerebral es más fácil de lograr y con buenos resultados, según múltiples estudios con rigor científico basados en estrategias de prevención poblacional.

Algunos de ellos señalan que llevar hábitos de vida saludables podría reducir hasta un 40% los casos de Alzheimer, o al menos retrasar el debut clínico de la enfermedad.

1- Actividad física: El ejercicio físico regular y no explosivo se asocia a un mantenimiento de la función cognitiva y a un retraso del comienzo de la Enfermedad de Alzheimer.

2- Actividad social: Mantener las conexiones sociales, fomentar sentimientos de autoeficacia y de autoestima y llevar a cabo otro tipo de actividades que conforman la denominada ‘actividad social’ se relacionan con el mantenimiento de la función cerebral.

3- Actividad mental: Muchos estudios han señalado que un alto nivel de educación se asocia a una mayor probabilidad de mantener en el tiempo el funcionamiento cerebral adecuado. Además, tareas como leer libros, asistir a conferencias, participar en juegos de mesa, entre otras, suponen un menor riesgo de deterioro cognitivo y de demencia, si se realizan con asiduidad.

4- Prevención del riesgo cardiovascular: Factores como la hipertensión arterial, hipercolesterolemia, enfermedades cardíacas, tabaquismo y, sobre todo, la diabetes son cruciales en el deterioro mental asociado a la edad. Además, la gravedad de los síntomas cognitivos en personas con Alzheimer se incrementa sustancialmente ante la existencia de factores de riesgo vasculares.

5- Una buena alimentación: La dieta mediterránea se asocia a un menor riesgo de padecer la enfermedad, al incluir antioxidantes, vitamina C y E y omega 3. Además, diversos estudios revelan que la ingesta de pescado al menos una vez por semana produce una reducción del 60% del riesgo de Alzheimer. Por el contrario, el consumo elevado de grasas saturadas y de cobre incrementaría el deterioro cognitivo.

6- Fomentar la reserva motivacional: Se ha relacionado la propensión a la aflicción con la aceleración del deterioro cognitivo. Además, enfermedades mentales como la depresión, también se han asociado a la pérdida de neuronas en el hipocampo y en otras regiones cerebrales. Por lo tanto, hay que procurar ser felices.

10 síntomas prematuros de demencia a los que debes prestar atención

Repasamos diez signos tempranos de Alzheimer y otros tipos de demencia a los que deberías prestar atención, pues el diagnóstico precoz de estas enfermedades cognitivas es fundamental para abordarlas y ralentizar su avance.

Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Pese a que afecta principalmente a las personas mayores, no se trata de una consecuencia normal del envejecimiento. Por otro lado, aunque suele ocurrir a una edad avanzada -la mayoría de tipos son poco frecuentes en personas menores de 60 años-, existen síntomas tempranos que no deberías perder de vista.

Resumiéndolo mucho, la demencia ocurre cuando las células nerviosas en el cerebro de una persona dejan de funcionar. Existen muchos tipos, como la demencia frontotemporal, pero el más común es la enfermedad de Alzheimer, que acapara más de la mitad de los casos.

A continuación, repasamos diez síntomas tempranos típicos de demencia. Para que una persona reciba este diagnóstico, generalmente debe experimentarse dos o más de ellos, siendo lo suficientemente graves como para dificultar la vida diaria.

10 primeros signos de demencia a los que debes prestar atención:

– Pérdida de memoria: Probablemente el síntoma más conocido de la demencia. Un signo temprano es la dificultad especialmente para recordar información nueva o reciente, como fechas o eventos. Cabe destacar que la mayoría de las personas ocasionalmente olvidan las cosas con mayor frecuencia a medida que envejecen. Sin embargo, es posible recuperar los recuerdos más tarde si la pérdida está relacionada con la edad y no debido a la demencia.

– Dificultad para planificar o resolver problemas: A una persona con demencia le puede resultar difícil seguir un plan, como una receta para cocinar o instrucciones para conducir. La resolución de problemas también puede volverse más desafiante y angustiosa, como las cuentas para las finanzas domésticas.

– Dificultad para realizar tareas familiares: A una persona con demencia le puede resultar difícil completar las tareas personales o profesionales que realiza con regularidad, como cambiar la configuración de un televisor, usar un ordenador, preparar una taza de té o llegar a un lugar conocido.

– Confusiones sobre el momento o el lugar: La demencia puede hacer que sea difícil tener consciencia sobre el paso del tiempo, olvidando también dónde están o no pudiendo situar los eventos en el futuro o en el pasado. La confusión con las fechas es uno de los síntomas más precoces del Alzheimer.

– Problemas para entender la información visual: La información visual puede ser desafiante para una persona con demencia. Puede ser difícil de leer, juzgar distancias o resolver las diferencias entre colores. Alguien que generalmente conduce o hace ciclos puede comenzar a encontrar estas actividades desafiantes.

– Problemas al hablar o escribir: La escritura a mano puede ser menos legible a medida que avanza la demencia, mientras que también son habituales las dificultades para participar en conversaciones -ya que se olvida lo que uno mismo u otra persona han dicho- Es habitual que la ortografía, puntuación y gramática empeoren.

– Colocar mal las cosas: Es posible que una persona con demencia no pueda recordar dónde deja los objetos cotidianos, como la cartera, las llaves, el mando a distancia o documentos importantes. En un primer momento es posible que culpe a otras personas y que además, padezca frustración por no encontrar el paradero de sus objetos.

– Mal juicio o dificultades para la toma de decisiones: Puede ser difícil entender lo que es justo y razonable -por ejemplo, creer que el precio de las cosas sea excesivo o al contrario-, así como descuidar la higiene personal.

– Abandonar la socialización: Una persona con demencia puede no estar interesada en socializar con otras personas, ya sea en su vida familiar o en el trabajo. Pueden volverse retraídos y no hablar con otros, o no prestar atención, abandonando hobbies, pasatiempos o deportes que involucran a otras personas.

– Cambios en la personalidad o estado de ánimo: Una persona con demencia puede experimentar cambios de humor o de personalidad debido a la enfermedad, volviéndose irritables, deprimidos, temerosos o ansiosos. También pueden volverse más desinhibidos o actuar de manera inapropiada.

ticbeat.com

¿Cómo mejorar la circulación sanguínea en personas mayores?

En las personas mayores y en los ancianos es frecuente la mala circulación sanguínea y de no atenderse y tratarse adecuadamente, puede generar algunas complicaciones como las úlceras venosas.

La mala circulación sanguínea afecta, sobre todo, las manos, las piernas, los pies y los tobillos. Además de ser un problema en sí misma, los ancianos y personas mayores corren más riesgos de sufrir caídas y de que se produzcan fracturas y otras complicaciones al verse afectados sus miembros superiores.

Es importante que no se agrave, ya que se reduce la movilidad de la persona afectada y eso a su vez empeora la mala circulación.

Cómo mejorar la circulación sanguínea
Para prevenir o mejorar los posibles problemas generados por la mala circulación sanguínea y en el siatema circulatorio en general, deben seguirse dos recomendaciones básicas:

Una dieta equilibrada en la que se consuman más verduras, como la arracacha y las espinacas, así como las fresas, las naranjas y la sandía, entre las frutas. En especial deben consumirse alimentos que contengan ajo y cebolla, aumentar el consumo de pescado en vez de carnes rojas y mantener una buena hidratación.
Caminar por lo menos media hora en la mañana y media hora en la tarde. Someterse a masajes y sobre todo es muy efectiva la hidroterapia con la alternación de fuertes chorros de agua fría y agua caliente.
Este par de sencillas recomendaciones suponen en muchos casos la adopción de hábitos para los cuales lo mejor es contar con la asistencia de personal especializado en el cuidado y atención a la dependencia, sobre todo cuando hablamos de personas mayores o ancianos.

Y es la mejor alternativa cuando lo que se plantea es cómo mejorar la circulación saguínea, porque es frecuente que las personas de avanzada edad necesitan que les recuerden y los apoyen en sus tratamientos, en particular en aquellos casos en los que antes de su padecimiento tenían hábitos inadecuados.

La circulación sanguínea y alimentos para mejorarla

El correcto funcionamiento de la circulación sanguínea y los tratamientos específicos cuando no fluye no serían posibles sin los descubrimientos y avances de la ciencia médica.

Hace más de 400 años, el 17 de abril de 1616, el médico inglés William Harvey presentó al Royal College su descubrimiento de que la sangre circula porque es bombeada por el corazón y no porque se genera en el hígado, como hasta entonces se creía.

Ese descubrimiento es uno de los más importantes de la ciencia, ya que sobre su base se amplió la observación experimental y una mayor y más precisa comprensión del cuerpo humano.

Y en lo que sí tenía algo de razón la creencia que relacionaba todo el proceso de generación y circulación de la sangre con el hígado, es en que hay una influencia de los alimentos en la circulación sanguínea, ya sea en un sentido positivo o negativo.

El grupo de alimentos que a continuación se mencionan son los mejores para el mejoramiento de la circulación sanguínea y prevenir enfermedades relacionadas:

El jengibre, porque la hace más fluida.
La cúrcuma, planta medicinal muy usada como condimento con propiedades antinflamatorias y antioxidantes.
El limón, que por su alto contenido de vitamina C, favorece la formación de proteínas, de mucha influencia en los vasos sanguíneos.
El ajo por sus propiedades anticoagulantes.
Las nueces, al aportar vitamina B3 y omega 3, que son antinflamatorios y vasodilatadores.
El mijo tonifica el bazo, que es el órgano encargado de regir los vasos sanguíneos y hace que la sangre se mantenga en estos y circule de manera correcta.
Las pipas del girasol por su alto contenido de vitamina E, que es un gran antioxidante y de aminoácidos esenciales, indispensable para el apropiado mantenimiento de las estructuras capilares.
La cebolla contiene sílice, que ayuda en la prevención de la trombosis y en el envejecimiento de arterias y venas, y de gran contenido de quercetina, que es muy favorable para la buena circulación de la sangre.
Síntomas de la mala circulación sanguínea en el cerebro
Así como es un claro síntoma las manchas en las piernas por mala circulación sanguínea, también cuando afecta el cerebro hay una serie de síntomas que deben tenerse en cuenta para evitar mayores problemas de salud.

Pérdida de visión o visión doble.
Problemas para tragar.
Vértigo o sensación de que alrededor las cosas están girando.
Dificultad para articular palabras.
Hormigueo o entumecimiento en el cuero cabelludo y en la cara.
Repentinas caídas sin causa aparente.
Pérdida momentánea de la memoria.
Estos son en general los síntomas más comunes que revelan problemas en el aparato circulatorio y específicamente en el cerebro. Es importante que al detectarse estos síntomas se acuda de inmediato al médico para evitar graves complicaciones, como cualquier tipo de accidente cerebrovascular.

Por eso deben evitarse los factores de riesgo más frecuentes, como altos niveles de colesterol, diabetes, hipertensión arterial, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.?

En las personas mayores y en los ancianos es frecuente la mala circulación sanguínea y de no atenderse y tratarse adecuadamente, puede generar algunas complicaciones como las úlceras venosas.

La mala circulación sanguínea afecta, sobre todo, las manos, las piernas, los pies y los tobillos. Además de ser un problema en sí misma, los ancianos y personas mayores corren más riesgos de sufrir caídas y de que se produzcan fracturas y otras complicaciones al verse afectados sus miembros superiores.

Es importante que no se agrave, ya que se reduce la movilidad de la persona afectada y eso a su vez empeora la mala circulación.

Cómo mejorar la circulación sanguínea

Para prevenir o mejorar los posibles problemas generados por la mala circulación sanguínea y en el siatema circulatorio en general, deben seguirse dos recomendaciones básicas:

  1. Una dieta equilibrada en la que se consuman más verduras, como la arracacha y las espinacas, así como las fresas, las naranjas y la sandía, entre las frutas. En especial deben consumirse alimentos que contengan ajo y cebolla, aumentar el consumo de pescado en vez de carnes rojas y mantener una buena hidratación.
  2. Caminar por lo menos media hora en la mañana y media hora en la tarde. Someterse a masajes y sobre todo es muy efectiva la hidroterapia con la alternación de fuertes chorros de agua fría y agua caliente.

Este par de sencillas recomendaciones suponen en muchos casos la adopción de hábitos para los cuales lo mejor es contar con la asistencia de personal especializado en el cuidado y atención a la dependencia, sobre todo cuando hablamos de personas mayores o ancianos.

Y es la mejor alternativa cuando lo que se plantea es cómo mejorar la circulación saguínea, porque es frecuente que las personas de avanzada edad necesitan que les recuerden y los apoyen en sus tratamientos, en particular en aquellos casos en los que antes de su padecimiento tenían hábitos inadecuados.

La circulación sanguínea y alimentos para mejorarla

El correcto funcionamiento de la circulación sanguínea y los tratamientos específicos cuando no fluye no serían posibles sin los descubrimientos y avances de la ciencia médica.

Hace más de 400 años, el 17 de abril de 1616, el médico inglés William Harvey presentó al Royal College su descubrimiento de que la sangre circula porque es bombeada por el corazón y no porque se genera en el hígado, como hasta entonces se creía.

Ese descubrimiento es uno de los más importantes de la ciencia, ya que sobre su base se amplió la observación experimental y una mayor y más precisa comprensión del cuerpo humano.

Y en lo que sí tenía algo de razón la creencia que relacionaba todo el proceso de generación y circulación de la sangre con el hígado, es en que hay una influencia de los alimentos en la circulación sanguínea, ya sea en un sentido positivo o negativo.

El grupo de alimentos que a continuación se mencionan son los mejores para el mejoramiento de la circulación sanguínea y prevenir enfermedades relacionadas:

  • El jengibre, porque la hace más fluida.
  • La cúrcuma, planta medicinal muy usada como condimento con propiedades antinflamatorias y antioxidantes.
  • El limón, que por su alto contenido de vitamina C, favorece la formación de proteínas, de mucha influencia en los vasos sanguíneos.
  • El ajo por sus propiedades anticoagulantes.
  • Las nueces, al aportar vitamina B3 y omega 3, que son antinflamatorios y vasodilatadores.
  • El mijo tonifica el bazo, que es el órgano encargado de regir los vasos sanguíneos y hace que la sangre se mantenga en estos y circule de manera correcta.
  • Las pipas del girasol por su alto contenido de vitamina E, que es un gran antioxidante y de aminoácidos esenciales, indispensable para el apropiado mantenimiento de las estructuras capilares.
  • La cebolla contiene sílice, que ayuda en la prevención de la trombosis y en el envejecimiento de arterias y venas, y de gran contenido de quercetina, que es muy favorable para la buena circulación de la sangre.

Síntomas de la mala circulación sanguínea en el cerebro

Así como es un claro síntoma las manchas en las piernas por mala circulación sanguínea, también cuando afecta el cerebro hay una serie de síntomas que deben tenerse en cuenta para evitar mayores problemas de salud.

  • Pérdida de visión o visión doble.
  • Problemas para tragar.
  • Vértigo o sensación de que alrededor las cosas están girando.
  • Dificultad para articular palabras.
  • Hormigueo o entumecimiento en el cuero cabelludo y en la cara.
  • Repentinas caídas sin causa aparente.
  • Pérdida momentánea de la memoria.

Estos son en general los síntomas más comunes que revelan problemas en el aparato circulatorio y específicamente en el cerebro. Es importante que al detectarse estos síntomas se acuda de inmediato al médico para evitar graves complicaciones, como cualquier tipo de accidente cerebrovascular.

Por eso deben evitarse los factores de riesgo más frecuentes, como altos niveles de colesterol, diabetes, hipertensión arterial, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.

Fuente: sadacv.es

¿Qué es envejecimiento normal y qué es demencia?

La edad, el cuerpo y la memoria.

Al envejecer, muchos de nosotros comenzamos a tener problemas de salud o se empeoran problemas que ya teníamos. Esto no quiere decir que tenemos que resignarnos y pensar: “Es debido a la edad”. Tenemos que prestar atención a nuestro cuerpo, no importa la edad que tengamos.

La memoria es como cualquier otra parte del cuerpo: cambia con el pasar de los años. Al entrar en años, no nos movemos, no pensamos, ni recordamos como lo hacíamos antes. Por eso, a veces se nos olvidan fechas o tareas por hacer. Esto es NORMAL.

Éstos son olvidos casuales:

– cuando olvidamos algo por un instante

– cuando estamos pensando en muchas cosas y olvidamos algo

– cuando tenemos una lista mental de tareas y olvidamos algunas de ellas

– cuando, por un instante, no recordamos dónde guardamos algo

Todos olvidamos hacer cosas como éstas. Esto nos sucede a todos, no importa la edad.

Lo que NO es normal es:

– olvidar cosas que hacemos todos los días

– olvidar nombres de nuestros seres queridos

– olvidar palabras que usamos todos los días

– olvidar eventos y recuerdos que siempre hemos tenido presentes

– olvidar lo que tenemos que hacer, porque estamos desorientados y no podemos hacer nuestras actividades del diario vivir.

Cuando nuestros amigos o familiares notan que nuestros olvidos son muy frecuentes, eso NO es normal.

¿Qué es demencia?

Tal vez ha escuchado la palabra “demencia” y cree que es lo mismo que locura. Eso no es cierto. La demencia es un problema en el cerebro que puede afectar a personas jóvenes o mayores. La demencia puede estar relacionada con un golpe fuerte en la cabeza que afecte el cerebro o con historial médico de derrames cerebrales, hipertensión, diabetes, la enfermedad de Parkinson, depresión, VIH, tumores, fallo renal o del hígado, alcoholismo crónico y coágulos de sangre en el cerebro, entre otras cosas. Una persona que tiene demencia puede presentar problemas tales como:

– problemas de memoria

– desorientación (no sabe dónde está cuando está en un lugar familiar)

– falta de concentración

– confusión

– dificultad para tomar decisiones que antes tomaba sin dificultad

– problemas de juicio

– cambio de personalidad

– no poder funcionar en la casa o el trabajo como lo hacía antes.

Cuando una persona comienza a desarrollar demencia, estos problemas comienzan a aparecer lentamente. Sin embargo, la demencia tiene un impacto tan fuerte en la persona, que él o ella podría cambiar su manera de actuar.

Hay varios tipos de demencia. Se estima que las demencias más comunes entre los latinos son la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular (relacionada, por ejemplo, con diabetes y derrames cerebrales).

Después de pasar tiempo con amigos y familiares durante el período festivo, el Año Nuevo puede ser un tiempo sombrío y solitario para las personas con demencia y sus cuidadores.

Es muy importante que las personas con demencia se sientan conectadas durante todo el año.

Pasar tiempo con sus seres queridos y participar en actividades significativas puede tener un impacto poderoso y positivo, incluso si no recuerdan el evento en sí.

Estamos instando a las personas a que se pongan en contacto con ellos y descubran cómo podemos ayudarlo a mantenerse conectados.

Trece años en el camino del Alzheimer: «Entre la luz y los matices del olvido»

En ocasión de realizarse el pasado 13 de noviembre de 2019 el Conversatorio de Salud Total Nueva Esparta en el Auditórium de la Universidad Corporativa de SIGO, con la participación de reconocidos y destacados profesionales de la salud, así como de la Presidenta Honoraria de la Fundación Alzheimer Capítulo Nueva Esparta, Sra. Joyce Selga, tuve el honor de ser invitada muy gentilmente por el Licenciado Ronald Piñerúa a participar donde se me dió la gran oportunidad de presentar una ponencia sobre mi experiencia como paciente de la Fundación Alzheimer de Venezuela y de nuestro Capítulo; que hoy he querido compartir desde esta ventana con todos ustedes esperando sea de utilidad para cualquier persona que lo necesite.

Trece años en el camino del Alzheimer: «Entre la luz y los matices del olvido»

En esta travesía por los caminos del olvido y el recuerdo, temores, incertidumbre, y todo lo que ha representado en mi vida y la de mi familia este atisbo del Alzheimer que un buen día se asomó y dió un giro a mi diario vivir sembrando nuestras almas de inquietud, quiero contar un poco mi experiencia, esperando sea de utilidad para algún angustiado corazón. Soy Margot Arévalo y tengo 71 años.

En primer lugar es absolutamente cierto que si se busca ayuda médica y psicológica a tiempo se puede hacer mucho para afrontar la realidad, si bien sabemos que aún no hay cura para la demencia tipo Alzheimer si se puede llevar una mejor calidad de vida siendo medicado y atendido en los primeros indicios de que algo anda mal en la memoria.

Yo soy testimonio de ello, desde las primeras consultas con la Geriatra, Neurólogo, Psicólogo y Psiquiatra y la primera resonancia magnética han transcurrido trece años y he cumplido con el tratamiento indicado desde el primer momento, con los consejos médicos y he andado este camino acompañada de mis hijos y demás afectos familiares, han sido años avanzando con ensayos y errores siempre estuve de la mano de mi compañero de vida y cuidador quien me transmitió toda su fuerza y entereza, comprensión y su gran amor, durante ese tiempo aprendí de su valentía, a hacer frente a las adversidades y a mantener la calma, aun en los momentos más duros.

Dolorosamente él enfermó gravemente, atravesamos por una quimioterapia que ocasionó un cáncer de riñón y luego un ACV, sin pensarlo asumí su cuidado y asistencia en el hospital junto con una amiga que me acompañaba y luego en casa, al principio no sabía cómo lo estaba logrando pero día a día y noche a noche fui haciendo lo que había que hacer, luego entendí que el amor es la fuerza que me hizo centrarme en su necesidad, dedicar todo mi tiempo a sostenerlo en su proceso sin dejar de cuidarme.

Dios tiene el control de nuestras vida y puso todas las cosas en su lugar, mi cerebro comenzó a organizarse, llevando todos sus medicamentos y requerimientos anotados, visitas médicas, tareas domésticas que incluían compra y elaboración de alimentos, higiene personal, dedicándole todo el tiempo posible, cumpliendo con mis horas de sueño para estar bien al día siguiente, todo esto en un lapso de dos años y ocho meses viendo a diario sus altas y bajas, como su vida fué apagándose poquito a poco hasta su fallecimiento, estuve allí hasta el último minuto de vida, llena de amor y gratitud; en paralelo una de mis hermanas que estaba muy enferma y de quien también estuve pendiente siempre, se agravó y murió una semana antes en Caracas y pude gracias a Dios estar presente en su velatorio, acompañar y fortalecer a la familia y regresarme el mismo día del sepelio, porque mi Ernesto estaba muy grave, a los ocho días emprendió su vuelo a la eternidad.

Toda esta realidad me produjo un sinfín de emociones, afrontando un doble duelo con profundo dolor, tristeza y soledad pero enorme satisfacción de haber llenado sus días de amor y entrega lo que me dio una gran paz espiritual.

Han transcurrido casi seis años y desde entonces me fuí convirtiendo en mi propio cuidador, estableciendo un orden diario en mis quehaceres en casa, ha sido una lucha con la soledad por decisión, es un retiro a consciencia, porque los temores se agudizan y me siento más segura en casa, trato de proveerme de lo necesario para no tener que salir sino a lo que estrictamente requiero.

No ha sido nada fácil, un día a la vez con aciertos y tropiezos pero con el deseo grande de seguir adelante sacando el mejor provecho a la oportunidad que Dios me brinda en cada nuevo amanecer, con el buen juicio de donde estoy y hacia dónde voy.

Estoy comunicada con mi familia y algunas personas por teléfono, Facebook, Telegram y una vez a la semana me reúno con un grupo de amigas durante dos horas para compartir vivencias, escucho radio, poca televisión y trabajo en mi computadora, y estas son mis prioridades, atención temprana, medicación, música, amor, poesía y además doce años ininterrumpidos jugando Scrabble on line todos los días como ejercicio de memoria y concentración. Asisto los domingos a un grupo de meditación al que pertenezco, hago bicicleta fija y he seguido escribiendo porque me gusta mucho y para mantener ocupado cuerpo, mente y alimentar el alma.

Hace 7 años bauticé mi primer Libro de Relatos y sigo trabajando para seguir por esa senda. He logrado hacer mis pagos de servicios a través de la banca electrónica sin ayuda, lo que es un gran logro, porque hasta hace cuatro años necesitaba asistencia.

Igualmente durante este tiempo también he tenido cambios en mi alimentación eliminando grasas, azúcares, harinas que contienen gluten, que es la proteína presente en el trigo y otros cereales y tiene según un papel crucial en la inflamación cerebral, ansiedad y depresión, así como en la función intestinal, que todo puede influir en el desarrollo del Alzheimer y otras enfermedades; también he incrementando el consumo de aceite de coco crudo sobre los alimentos ya cocidos, hasta donde me es posible.

Sigo organizando y tomo mis medicinas, que llevo anotadas, tratando de hacerlo en el orden y a las horas que corresponden, cosa que no siempre logro, los olvidos no han desaparecido del todo pero si se han espaciado bastante, algunas veces se asoman aunque trato de poner en una balanza lo positivo. Tomando las debidas precauciones he viajado seis veces sola en avión a ver a mis hijos y mis nietas, en vuelos nacionales e internacionales.

Trato de hacer las tareas de mi hogar con cierto orden y me celebro cuando he cumplido con todo lo que tenía que hacer, comer a la hora, bañarme, arreglar la casa, mantener la limpieza, recordar asuntos pendientes, tomar las medicinas, y cualquier actividad que tenga que hacer, salir a comprar, tejer, pintar, leer y escribir; una cosa a la vez y por encima de todo lograr estar tranquila, lo más relajada posible y con la capacidad de canalizar las oleadas de tristeza que se aparecen, la situación de escasez en el país, los asuntos de familia y los propios que debo manejar cada día.

En estos tres años recientes esto no ha sido posible del todo, por las preocupaciones diarias de un país convulsionado, por la incertidumbre de no saber cómo conseguiremos los alimentos, medicinas y la paz que todos anhelamos.

He seguido tratamiento también con una doctora de Medicina Ortomolecular y este año tuve entrevista y terapias de Medicina Quántica con el Dr. Manel Ballester también en Barcelona, España y ellos son de la opinión que ya no tendría que seguir con el tratamiento tradicional porque consideran que ya no lo necesito, hace tres años dejé de tomar Memantina porque no la conseguía y en cuanto a los Parches de Rivastgmina en este mismo momento los estoy usando dos veces por semana solamente para ir terminando la cantidad que aún tengo y paulatinamente los dejaré de usar.

Esto fué consultado previamente con la Dra. Pérez Benítez también de Barcelona que ha hecho seguimiento a mi caso y con mi médico tratante de la Isla de Margarita, el Dr. Bernard Reinfeld, estando todos de acuerdo en suspender el tratamiento; aunque continúo con antidepresivo por temporadas y algunas veces he usado algún relajante para dormir cuando es necesario, porque sabemos que el insomnio y la tristeza son grandes enemigos. Igualmente me fue suspendido el medicamento para la Tensión, porque se dé un momento a otro se estabilizó, mi Cardiólogo y amiga la Dra. Emérita Pimentel lo indicó y coincidió con lo sugerido por los otros médicos en España y me pregunto si todos los cambios de alimentación tienen que ver con todo esto? Y por supuesto cada célula es inteligente y de acuerdo a lo que comemos así lo procesan, comendo sano lo mejor que podamos, veremos buenos resultados.

No sé si el siguiente paso sería nuevas pruebas, una Resonancia magnética, otra entrevista con el Dr. Reinfeld, porque sé que me inquieta un poco todo esto, me contenta, pero también me asusta.

De igual manera estoy en una constante observación personal, evaluando mis reacciones y el desenvolvimiento diario, esto también lo he pedido a mis hijos y a mis amigas más cercanas, así como la vigilancia de la alimentación, lo que no me es muy fácil por lo que ya todos conocemos de la difícil situación por la que atravesamos en Venezuela.

Asimismo estoy en contacto con los médicos que me asisten manteniéndolos al tanto de todo por correo electrónico y recibiendo sus sugerencias, recomendaciones y de la mano de Dios en este nuevo camino que se abre ante mí con mucha dedicación, valentía y Fé.

Sigo teniendo una consulta gratuita con el médico a cargo de mi caso que me exoneró del pago desde el comienzo de este proceso, ya que suelo necesitar orientación para la toma de decisiones y manejar los estados de ánimo, hago todo lo que esté a mi alcance para mantener mi cerebro en el aquí y el ahora, primeramente agradezco a Dios que me ilumina, cuida , me bendice y pone en mis manos todo aquello que requiero para estar activa y a las personas idóneas que de una u otra forma han podido colaborar conmigo para el mejor desenvolvimiento en ese duro sendero por transitar.

El pasado 21 de septiembre conmemoramos una vez más el Día Mundial del Alzheimer, ocasión siempre oportuna para hacer un llamado a las autoridades locales, nacionales y mundiales para hacer de la enfermedad de Alzheimer una Política de Estado, proveer a los pacientes y cuidadores de atención, ayuda, medicamentos y crear en la población un despertar de conciencia sobre esta enfermedad.

Siento en mi corazón que ha sido un gran aprendizaje de toda esta historia en la que estoy inmersa, he sido Ponente en tres Congresos y un Simposio y ha sido maravilloso tener hoy esta nueva oportunidad para transmitir a otros lo que hemos vivido y de qué manera, desde mi punto de vista como paciente. Fuí incluida en el Libro Los Rostros del Alzheimer, gracias a la Dra. Mira Josic de Hernández y en la Revista A.L.M.A. de Argentina.

Hay mucho camino por recorrer, agradezco la asistencia Divina y a todos los que de una u otra forma han estado allí para mí, tengo mucha Fé en que llegaré a la ancianidad, pisando esta bendecida tierra que me vió nacer con total claridad y plenas facultades mentales y con la oportunidad de ofrecer humildemente todo lo que pueda ser útil en esta materia a cualquier ser humano que lo necesite.

Infinitas gracias al Licenciado Ronald Piñerúa, a la Señora Joyce Selga, a todos los organizadores de este evento y a todos ustedes por escucharme.

«Desde la bruma que mece el olvido, y el andar a tientas de cada persona aquejada, desde los corazones afligidos con la impotencia a flor de piel, se viaja en masa por el mundo en interminables horas de dolor ante la triste realidad que se llama Alzheimer».

Abrazos y Bendiciones de luz, muchas gracias.
Margot Arévalo.
Isla Margarita, Venezuela
Noviembre 13, 2019.